viernes, 2 de julio de 2021

Volver, volver, volver

    Volveeeeer, con la frente marchita por las nieves del tiempo platearon mi sien.... Sentir que es un soplo la vida... Ainnnnsssss qué no daría yo por volver a estar en tus brazos tarareando canciones ñoñas, por recostarme en tu regazo a leer, por estar a tu lado una vez más. Ha pasado tanto tiempo ya.

     No sé si sirve de algo pero todo lo que eras y todo lo que no, ya lo he perdonado,  he aprendido a quererte tal cual, sin que cambiar nada. 

     Te tengo guardados todos los besos y abrazos que no te he dado y que no te gustaba que te diera, por si nos volvemos a encontrar.

     Lo mejor del paso del tiempo es que cuando me miro en el espejo cada vez te veo más a ti. 

Mi mayor pena es haber aprendido a quererte bien y bonito desde que no estás.


miércoles, 9 de junio de 2021

CAPÍTULO II

 CAPÍTULO II

    Las noches de insomnio desaparecieron. Subí a dormir a casa de mi abuela cuando mi hermano se fue a la mili y con la excusa de que mi abuela era mayor, se había caído varias veces, me medio trasladaron allí alegando que si yo estaba arriba y esto sucedía la podía escuchar llamarnos.

    Esta etapa no solo acabó con el insomnio, mi madre dejó de llevarme al cole. A mi me encantaba ese rato que pasábamos de la mano andando cuesta arriba mientras me hacía cosquillas con su dedo meñique en la muñeca.

    También se acabaron las tardes en las que me cogía en brazos y me cantaba "jardinera tú que entraste en el jardín del amor".... cuando estaba malita. 

   Creo que junto a lo del insomnio son los primeros recuerdos que tengo.

     En casa de mi abuela dormía en un sofá cama en la sala de estar y ver la televisión. Por las noches después de cenar, mi madre ponía las sábanas y preparaba la cama para mí antes de bajarse a casa a dormir. 

    Todas las mañanas yo me despertaba y bajaba a ducharme y desayunar en casa de mis padres, en invierno mi padre me dejaba el calefactor encendido del baño, cómo me gustaba esa sensación de calorcito!

    Durante los veranos que pasamos así yo era tremendamente feliz, mi abuela sacaba una silla al balconcito y mientras yo estaba en la cama veíamos la tele hasta dormirnos. A veces salíamos a la terraza delantera a sentarnos en la escalera a hablar con las vecinas, Mercedes, Manoli, sus hijos... Uno de ellos se llamaba Lolo y tenía unos años más que yo. Recuerdo jugar con él a las canicas y a las cartas mientras ellas cortaban trajes.

    Con mi abuela ví telenovelas, series españolas en la 1, muchas reposiciones de Estudio 1, con Irene Gutiérrez Caba, por la que me pusieron mi nombre y películas prohibidas, con su "yo no me acuerdo y esta no sabe" .

    Sé que ya lo he dicho, pero esta época fui muy feliz. Incluso cuando me matricularon en un instituto privado que parecía una cárcel durante dos años y lloraba todas las tardes porque no quería ir allí...

    Luego mi abuela murió, yo volví a dormir a mi habitación, a mi hermano le acondicionaron un cuarto en una de las casas que se había quedado vacía, que después también sería mía... Y, por supuesto, el insomnio volvió.



viernes, 21 de mayo de 2021

CAPÍTULO I

      El pasado lunes escribí esta entrada. Hablando con unos amigos recordé algunos momentos de mi infancia y adolescencia que tengo algo difusos. Me puse a recordar e intenté tirar del hilo pero había partes que no entendía o no encajaban, qué se yo. He leído que solo recordamos lo que queremos recordar, muchos acontecimientos los alteramos.

     La cosa es que tenía una entrada, esta entrada, preparada y ya en post-producción cuando el martes por la mañana  hablando con un amigo me llamó feminazi, bromeando, claro, porque yo le llamé fachirulo y así andamos, cada uno con lo suyo. El caso es que por varias circunstancias que ahora no importan descarté esta entrada y empecé a escribir otra, una especie de petición, que ya sabéis que soy como un DJ poniendo lo que me piden pero en Blog.

     No es la primera vez que me llaman feminazi, pero esta vez significó algo distinto. Me considero feminista y desde hace muchos años, pero es cierto que ha habido gente de mi vida con la que no he hablado de ciertos temas por miedo a molestar, a no gustar o a parecer repelente. Me alegró mucho saber que esta persona me ve tal como soy y esto me encendió una lucecita en la cabeza.

     Todos los momentos de mi infancia que no tenían sentido hoy por hoy, gracias a esta revelación, lo tienen. Eso es exactamente lo que me pasaba en casa, todo giraba en torno a "no molestes, haz las cosas más fáciles y así le gustarás más". 

     He dado un giro a esta entrada escrita desde el lunes, y  hoy viernes, puedo contarlo con algo más de sentido... No sé por qué, pero quiero hacerlo y va a tener que ser por capitulos porque es un poco largo. Durante mucho tiempo recordaba con dolor, rabia y  sufrimiento, hoy entiendo un poco mejor a todas las personas con las que me crié y los he podido colocar en un lugar mucho más realista del que estaban. 

      CAPÍTULO I 

      Nací en Madrid durante un invierno "dicen" bastante frío,  hija de padre que trabajaba en una fábrica, madre ama de casa, abuela con dos cojones y más roja que la pasionaria, un hermano casi nueve años mayor y una hermana muerta al nacer cinco años antes de que yo naciera.

     Este era en núcleo familiar, los que vivíamos juntos. Bueno en realidad nosotros lo hacíamos en un bajo y mi abuela en el primero, pero comíamos todos los días con ella, luego también cenábamos y cuando ya era muy mayor se subió mi hermano a vivir allí y un tiempo después yo.

     No recuerdo mucho los primeros años, antes de ir a vivir arriba. Sí recuerdo que al principio mi hermano y yo compartimos habitación, él dormía en una cama mueble que se plegaba y yo en una camita pegada a la pared de enfrente. Cuando él se subió quitaron mi cama y pasé a dormir en la de él y tuvieron que ponerme una tabla de contrachapado sujeta con unas barras porque tenía la manía de dormir pegada con la frente a la pared, y en esa cama que se plegaba no era posible, a esa tabla mi padre la llamó "el rinconcito". Tardaba muchísimo en dormirme, tenía miedo a algo, no recuerdo a qué y me daba por pensar y obsesionarme con cosas... Lo que sí recuerdo muy vívidamente es que cuando lloraba porque no podía más  llamaba diciendo "Papá, tengo el insomnio". Sé que tenía mucho miedo e intentaba aguantar todo lo que podía, pero eso sólo me generaba más angústia. 

    Lo primero que escuchaba siempre eran las quejas de mi madre y algunos gritos muy ,muy enfadada diciendo "que ya estábamos otra vez, que era insoportable, qué pesada es  y que me callara y me durmiera ya"... pero yo lloraba aún más porque esos gritos siempre me ponían peor, no podía soportar que me gritara, bueno era más bien el tono de voz, la entonación. Eso me sigue pasando hoy, se me puede decir lo que quieras, pero cuidadito con el tono. Lo que menos quería en este mundo, mi máxima a esa edad, era no enfadar a mi madre.

     Mi padre venía y me contaba historias sobre lo bien que íbamos a pasarlo en verano en la playa con mis tíos y mi prima, lo mucho que íbamos a jugar, me describía los paseos que daríamos por la playa y los heladitos en la Calzada por la noche después de cenar y dar una vuelta. 

   Las noches de insomnio acabaron cuando me subí a vivir con la abuela.

viernes, 9 de abril de 2021

APRENDIENDO A SER MEJOR

      Hay pocas cosas que me molesten tanto como la estupidez humana. Quizá lo superan las personas que se regodean en esa estupidez, "soy idiota y me gusta"... Hoy he de confesar que se me ha ido y he entrado al trapo en una discusión en el Facebook con un espécimen de este calibre y otra peor.

ANTECEDENTES. No sé de muchas cosas en esta vida... me gustaría saber más, lo reconozco y todos los días intento aprender cosas nuevas, pero.... de lo que sé, y reconozco que sé... es porque sé bastante. Y de niños con problemas de aprendizaje sé, del problema educativo en este país donde importan más un número en un expediente académico que saber las tablas toda tu vida, también sé. No son los profesores, es el sistema, son los padres, es la falta de empatía y es el egoísmo. Educamos retrasados mentales que sepan repetir como papagayos y beber como vikingos para olvidarse de la mierda de vida que tienen siguiendo al rebaño y como nuestra vida es semejante  mierda y nos conformamos con lo que nos dan por no complicarnos la rascada de huevos a dos manos en el sofá... pues así nos va.

    Muchos padres se llenan la boca de "mi hijo ha sacado un..." pero no reconocen que ese mismo hijo pega a sus compañeros, o los insulta, o maltrata a una niña...

HECHOS. Hoy una madre ha comentado una foto de un colegio. Han puesto una notificación en la que los chicos de 4º de primaria habían realizado una jornada de afianzamiento de las tablas de multiplicar y esta madre ha comentado que eso era un retraso curricular y que si así enseñaban a los niños etc... con tan mala suerte que esa madre, que no tenía el perfil completamente capado, ha dejado al descubierto al bloquearla que se llamaba "Manolo el simio camionero" (entiéndase como seudónimo para evitar denuncias, ejem, ejem) el colegio ha bloqueado sus comentarios y los ha llamado fascistas... FASCISTAS*, ¡SEÑORES, les han llamado fascistas! Y otra madre, que hace un año sacó a su hijo del colegio porque no le comprendían por sus dificultades a la hora de aprender (pero en realidad era maltratador de una niña y este puto sistema machista no supo defender a esa niña muerta de miedo de un niño que sufría dificultades de aprendizaje, pero los profesores y compañeros sí supieron...; consejo que dio el inspector: que la niña se fuera del cole...); pero en fin, no voy a entrar en ese caso porque hay cientos de miles de sucesos así, en los que se hace evidente el retraso que llevamos como país y como sociedad en este tema... 

*FASCISTA: PERSONA QUE COMULGA CON EL FASCISMO. FASCISMO:

  1. Movimiento político y social de carácter totalitario y nacionalista fundado en Italia por Benito Mussolini después de la primera guerra mundial.
    Doctrina de carácter totalitario y nacionalista de este movimiento y otros similares en otros países.

¿NO HEMOS SUFRIDO DEMASIADO CON LA OPRESIÓN NACIONALISTA EN ESTE PAÍS TRAGANDO  MIERDA PARA QUE LOS MISMOS CATETOS DE SIEMPRE  UTILICEN MAL ESTA PALABRA?

LA VERDAD. La verdad es que la comunidad de Madrid necesita centros cloaca para mandar a toda la mierda social de la que no se quieren hacer cargo ni el sistema ni, por supuesto sus propios padres, que son la misma mierda... pero es que en esos centros y algunos de esos niños no son así, no son eso. De hecho la mayoría. Lo son los consejeros, los políticos y los propios padres a los que intentar enriquecer la educación les hace trabajar demás y sin cobrar....

Los profesores, padres, alumnos y demás miembros de la comunidad que intentan sacar a esos niños y a esos colegios de esta situación son los malos, les dicen que van con retraso cuando muchos de esos niños, profesores, etc. hacen lo que pueden... y afianzar conocimientos nunca es ir con retraso, otro gallo nos cantaría...

 Tras un rato de darme contra una pared intentando desenmascarar a la señora/camionero y de intentar no arrancarme la lengua de lo mucho que me la he mordido cuando la madre del maltratador me ha hecho una apología de: mi hijo es diferente porque tiene TDHA y lo acusaron en falso porque el pobre no da... 

Me ha dado tanta, pero tanta pena, que ha superado a la rabia... ¡ojo! la rabia era monumental. Bueno, pues he sentido tanta lástima que me he regañado a mí misma, he hecho un ejercicio de autoevaluación y he pedido al universo, a la vida y a quien me escuche que ojalá esos niños puedan crecer lejos de la larga sombra de ese patriarcado infecto y de esa estupidez supina en la que les están criando y que sean personas felices, empáticas y sanas... y yo  también.


miércoles, 7 de abril de 2021

CADA UNO CON LO SUYO

     Tengo sentimientos contradictorios sobre la maternidad. Me preocupa mucho porque he llegado a plantearme si soy ciclotímica, no bipolar, eso es demasiado, o quizá solo sea cansancio.

     El tema del cansancio toma una dimensión especial en este momento porque por mucho que me lo advirtieran nunca habría imaginado hasta qué punto es así, o no me lo hubiese creído. Y es que da exactamente igual que no hagas nada en todo el día (abro paréntesis para explicar a lo flashback de Tantino, por favor visualícese tal cual). No hacer nada significa poner alguna lavadora con la ropa de los niños, toallas, ropa tuya vomitada o babeada por ellos, ropa con restos de comida, merienda, biberón (qué habilidad para salpicar con el biberón oye!); perdón, continuo con las tareas que significan no hacer nada.

Recoger juguetes, mandos a distancia, libros... todo con lo que ellos hayan considerado juzgar, todavía son demasiado pequeños para entender el "vamos a guardar" pero yo que soy más persistente que la memoria de los relojes de Dalí lo hago varias veces cantando la famosa  canción para ver si se les pega, lo malo es que cuando recojo sola también la canto.

Preparar la comida, da igual, algo hay que hacer, porque tenemos que comer, o por lo menos yo, ya egoístamente..., recoger la mesa, fregar cacharros, recogerlos. Barrer un poco, de vez en cuando quitar el polvo.

Ducharse, vestirse, tender la ropa, recogerla, doblarla. 

Pasear con los niños, jugar con ellos, bañarles, consolarles los lloros por los chichones, que están empezando a andar; o por cualquier otra cosa por la que lloren...

     Muchos días me siento culpable porque a veces me sale quejarme por el cansancio, me levanto a medio gas y poco a poco se va consumiendo la energía... (léase irónicamente).

    Eso, sí, y ahora hablando en serio, no creo que mi vida sea peor ahora que antes de tenerlos. Es diferente. Lo de no ir al cine, o a cenar, los cambios de horarios, todas esas cosas no me importan tanto. Peor fue cuando tuve que hacerlo en otra época de mi vida por la enfermedad de mi padre.

    Tampoco siento una presión de mi entorno, es más algo mío. Nos pasa a muchas mujeres y hombres al ser madres y padres, queremos adaptar las nuevas tareas  a las que ya teníamos antes y es imposible, porque el tiempo es el que es y las fuerzas llegas hasta donde llegan.

    Lo que me encanta es jugar con ellos, y cada día según van siendo mayores, más porque no recordaba lo que es jugar, hacer el payaso, dar vueltas, escuchar cuentos... 

   Otros ratos solo quiero llorar en la cama y dormir 12 horas para levantarme e irme al sofá a ver la tele otras 10 horas, comer porquerías y volver a la cama... 

   Pero qué divertido cuando, en vez de poder hacer eso, te levantas un sábado y hay que ir a la compra porque solo quedan purés para comer y te preparas durante 4 horas para salir con ellos al Mercadona y por el camino descubren un charco y se salpican y se pringan enteros el uno al otro, o a ti... sin parar de reir (que es de los sonidos más geniales que he oído nunca)...

   Cuando consigues volver  a casa de hacer la compra, 8 horas después, y la recoges, otras 10 horas: abre y cierra frigorífico, despensa, no pegues a tu hermano, ese chupete es suyo, dónde pongo los puerros, pues ahí, no los vas a meter en la lavadora, ah y yo qué sé, niño no tires de ahí que se cae todo...

Y al acabar pon otras dos lavadoras con toda esa ropa, las toallas otra vez, los abrigos porque los han llenado de barro, las zapatillas que llevan más mierda que la pasteles....

 ... Sentimientos encontrados... Cada uno con lo suyo

lunes, 15 de febrero de 2021

HISTORIAS DE AMOR

       Ayer fue el día de San Valentín, se celebra el amor de pareja. El de hijos, hermanos, padres y amigos no es oficial, pero es amor al fin y al cabo. Por supuesto facebook me recordó las entradas que había hecho yo años anteriores tal día como este y como estaba aburridísima estudiando me puse a bichear un poco las publicaciones y eso me llevó a recordar algunas de ellas.

      Las he tenido de todos los tipos, formas y colores: solitarias, con celebración, sin celebración, celebrando el amor, maldiciéndolo...Pero hubo dos que destacaron, una por mala y otra por buena. Podría decirse que fueron mi peor y mi mejor San Valentín.  Si fuera más cínica diría que es trampa porque son dos años bastante recientes, como excusa diré que sí, es cierto, pero es que las más antiguas fueron o muy empalagosas por la estupidez juvenil o muy desastrosas por la soltería incipiente del momento. Sea como fuere me quedo con estas.

     Mi peor San Valentín fue hace ya unos cuantos años, no recuerdo exactamente cuantos, pero más de cinco seguro. Yo andaba en pareja y era un sábado. El viernes había quedado con mis amigas y él con sus amigos, por lo que ese sábado de amor estábamos resacosos. Fui a comer con mi madre y después a casa a prepararme, me vestí con ropa muy sexi, preparé cena, unos bombones para tener un detallito... y no se presenta. Cuando consigo hablar con él me dice que bebió mucho el día anterior y que si quiero que puedo ir yo a su casa... si me pilla ahora! En aquel momento lo encajé de una manera muy neutral, total tampoco era la primera vez que pasaba, aunque no es San Valentín, pero como él era de esos que piensan que es una tontería, pues claro. Es algo completamente frugal, no tiene gran importancia, lo peor fue el sentimiento de estupidez por no ver lo que significaba, tanto que dejó poso.

    Mi mejor San Valentín fue 2018. Un día de mierda. Era entre semana y  teníamos pensado ir a cenar a un italiano. Yo le había comprado un detallito, nada espectacular pero me hacía mucha ilusión. A media tarde me llamó una gran amiga, pidiéndome ayuda. Su hermano estaba mal, y necesitaba que yo fuera a buscarlo y lo llevara a la estación de tren para mandarlo a casa de ella y así poder enderezarle un poco. No daba señales de vida, no cogía el teléfono, no contestaba a los mensajes y cuando llegamos a su casa, que estaba en un pueblo bastante lejos, no abría la puerta. Fui a buscar las llaves a casa de su abuelo con una excusa absurda, pero daba igual. Cuando entré la estampa era tremenda, conseguí que cogiera algo de ropa, un par de cosas para el viaje y a Atocha, el viaje fue una hora más o menos, pero me parecieron tres. Al llegar a la estación le compramos el billete, le dimos algo de cenar y conseguimos que subiera al tren. Yo no tenía todas conmigo de que al final lo hiciera.  Los motivos por los que yo lo hice están claros, daba igual el dinero del billete, de la cena que le pagamos, la gasolina, daba igual su aspecto, el olor, la horrible sensación de ver una persona  que tanto conoces destrozada por las drogas... Les quiero mucho, tanto a él como a su hermana. Pero mi pareja, no tenía ningún motivo para todo esto, o podríamos decir que tenía el mismo que yo. El amor, pero a mí.

     Si alguna vez pienso en qué significa el amor, o cómo se puede demostrar que quieres a alguien, solo tengo que acordarme de estos dos días concretos de San Valentín.

viernes, 5 de febrero de 2021

NOLITE IUDICARE...

      Mi propósito más recurrente de todos los 1 de enero (y prácticamente de todos los días) es no juzgar. Lo llevo mal, hoy la entrada iba a tratar de otro tema pero releyendo la  de ayer he cambiado de opinión. Ya nada más empezar llamaba gilipollas a todos esos seres humanos que echan la culpa de todos los males a otro, como hacen el 99% de las personas, incluso yo a veces. Es normal aunque no deja de estar equivocado y es que claro, ¿cómo es posible que no se den cuenta de su error? lo están haciendo mal! así no se hace!, así no se vive!

   Me resulta dificilísimo, incluso muchas veces se genera en mí un sentimiento violento muy fuerte cuando veo a alguien hacer daño a un animal, a un niño, cuando veo una mujer siendo maltratada, menospreciada, cuando se aprovechan de ella y esta no reacciona, o incluso cuando lo está pasando mal en una relación porque no le dan lo que ella quiere y no lo deja.  Escribiendo esta entrada borro y reescribo veinte veces las frases porque las expresiones son juicios casi siempre. Soy consciente que hasta haciendo eso, muchas siguen estando.

    Es muy complicado, pero lo intento todos los días. Hay veces que frente a una situación determinada no sé muy bien cómo actuar sin juzgar y otras veces ni siquiera me doy cuenta de que estoy juzgando hasta después. Creo que es eso que dicen todos los sabios de "deja fluir" y si algo no te gusta te vas, pero no lo juzgues. 

    ¿Esto es bueno o es malo? ¿Lo he hecho bien o mal? ¿Debería hacer más o menos? ¿Debería ir o quedarme? En el fondo creo que lo único que quiero es que todos hagan lo mejor para mi conveniencia, ¿eso es juzgar? Que todo sea de la forma que a mí me haga sentir bien o que yo pueda comprender...Incluso cuando la consecuencia de un acto que a mi me parece "malo" no es la que yo espero... también me frustro y al final la que siempre está amargada soy yo...

    O quizá no, quizá es que me estoy juzgando ahora mismo y soy demasiado dura... Qué difícil!!!!!!